La vida corre, a veces va tan rápido que mi aliento se hace gigante y me pierdo en la inmensidad del tiempo. No sé si les ha pasado, o quizás sea la única subnormal que se rompe la cabeza pensando en esto constantemente. Soy una loca a la cual su cerebro le dice angustiado cada día “Lee, investiga, aprende algo nuevo” pero mi corazón se asoma cada segundo a recordarme que esto no lo es todo y que debo recrearme y socializar, como si estuviera en una carrera contra el tiempo y con el temor de que el fin de mi existencia se resuma a un simple suspiro. Son eternas las noches en que pienso en lo poco que hago por el mundo y lo mucho que gasto en ociosidades. Entonces comienza mi lucha diaria de saber cómo encontrar el equilibrio entre estas cuestiones sin plantearme si tal rigurosidad me hace feliz. Pasan los días y se repite la historia y heme aquí en un Déjà vu eterno en el que si bien soy cada día una persona supuestamente más “completa” no puedo decir con seguridad que soy feliz. Es irónico que tal circunstancia ocurra cuando creo tener una vida estable ¿o eso es lo que yo pienso? O quizás solo me engaño pensándolo… Quien sabe, espero no ser la única en este dilema….
Luego de muchos años entendí que para ser un ser honestamente conforme conmigo y superar esa etapa solo debía ocuparme en vez de preocuparme, encontrándome aun peor en una situación en la que casi no tenía respiro y parecía un robot ambulante con destellos inherentes de conciencia, pero como toda tragicomedia no lo soporte y pare.
Entonces heme aquí en esta crisis existencial, sin saber que me deparara y cuál es mi propósito. Decidí entregarme a la vida y dejar de planear tanto, comprendí que no todo es tan cuadrado y las cosas no son siempre de una manera, todo dependerá de lo que estés viviendo y de las necesidades que tengas en ese momento, de ahí radican las decisiones realmente correctas, y que lo más importante es conocerme lo suficiente para saber qué es lo que quiero y que me hará feliz.
Cada etapa es necesaria y la acepto como venga, de ahí espero crecer y progresar, aprendiendo de mis errores y cultivando mis logros.
Codicilo 